Esta es una llamada a todas la unidades. El komando Portal está buscando a @Pablo_Iglesias_. Recompensa: compartiremos con él y con quien lo encuentre un Premio que… ¡ríete tú de la lotería!

se busca a Pablo Iglesias

 

 

 

 

 

 

 

MENSAJE:

¡Pablo! necesito que contestes a la chica que se tropezó contigo, al más puro estilo Hollywood, en el parking de Orense. Es mi prima y comprendo que cayeras rendido ante la sonrisa abrazante con la que te conquistó aquella noche.

Los dos ibais de cena y coincidisteis aparcando como chinches. No podíais abrir la puerta a la vez. Saliste tú y le viste firmando un libro. Ella y su marido iban con ese regalo a un aniversario de boda; tú y tu chica, con unos amigos, de tapas. Ella quiso hablarte pero no se atrevió, por dejarte vivir la noche en paz.

Dos horas más tarde, a la vuelta de vuestras respectivas fiestas, volvisteis a toparos. Entonces sí se lanzó y te aporreó la ventanilla.

–Pablo, Pablo, ¡ábreme!

–¿Cómo no te voy a abrir si ha dado la casualidad que nos hemos encontrado dos veces?

–Eso no ha sido casualidad, ha sido la Providencia. Quería decirte que soy una madre de seis hijos, profundamente religiosa, y quería pedirte que tú que tienes tanta repercusión social seas tolerante con los católicos. Yo les digo a mis niños que tienen que respetar las ideas de todo el mundo, y, te pido a ti, Pablo, que ahora que tanto se habla de eso, tú también seas tolerante.

–Que sepa que mi abuelo, condenado a muerte en la guerra civil, era socialista creyente. Y además yo soy pro-Bergolio. ¿A que somos de Francisco? (Tus amigos del coche levantaban los pulgares).

–Pablo, la pena es que en España se tenga que asociar la izquierda al ateísmo y la derecha a lo religioso… y ¡Dios es de todos! Y, anda, por favor, háblame de tú, que aunque tenga ya 40 no soy tan mayor…

–Pero ¡si somos de la quinta! Yo tengo 38. Oye, no te creas todo lo que te dicen de nosotros.

–Tú tampoco lo que dicen de los católicos. Además, te aseguro una cosa: de aquí a 60 años, yo y todos los que estáis en el coche vamos a estar en el mismo lugar, así que te emplazo en el Cielo. Ya verás.

–Sí, espero volver a vernos allí.

–Yo también. Pero… ¡tienes que querer entrar!

–¿Como te llamas?

–Josefina.

–Pues dame dos besos, que además he visto antes que estabas escribiendo en un libro; así que debes de ser alguien especial, porque en estos tiempos dedicar un libro…

El libro era una novela sobre Van Thuan, un tipo  injustamente detenido pero que fue completamente Libre entre rejas. La escribiente es una servidora. Y aquella chica tan especial se quedó cuidando a mi hijo mientras lo presentaba en una cárcel de vuestra metrópoli. Mientras, fue a por un ejemplar para ti y me pidió que te lo dedicara. Luego, encargó a su hija adolescente que le abriera una cuenta en Twitter y ¡tú eres el único al que sigue! Te lo ha enviado a través de alguien que te conoce. Necesita saber que lo has recibido.

zapatos-josefinaPorque hoy al atardecer, como cada Nochebuena, vestirá a sus seis tesoros para hacer un Belén viviente. Yo la echaré de menos porque vivimos lejos. Pero a las 12 de la noche, en vez de en el parking de Orense, coincidiremos en un establo en Belén, y nos uniremos a una fiesta que lleva 2016 solsticios de invierno contagiando alegría. Alucinarás con los asistentes: casi todos indigentes, tullidos, pastores, gente nocturna… ¡Y créeme que eso sí que es la internacional! Ven y verás… que para el momento villancico ¡nos falta un pandereta que se suelte la coleta!

Va, Pablo. Los tres estamos convencidos de que no son las ideas las que cambian el mundo, sino el amor. Y queremos celebrarlo contigo viendo nacer a un Amor que se hace carne, para no agotarse ¡nunca! ¿Te gusta el queso de oveja? Es la especialidad de los anfitriones. Y toda la juerga super ecológica, con mula y buey incluidos. ¡También habrá ángeles bailando!

Anda, da señales de vida. Porque no todos los Pablos sois (quema)Iglesias ni todos en la Iglesia somos (anti)Saulos… esta patria nuestra necesita superar clichés. Contigo y con ese Bebé divino de nuestro lado ¡¡¡podemos!!!

Josefina y Teresa Gutiérrez de Cabiedes